viernes, 20 de marzo de 2009

Villamartín y Jerez, unidos por la devoción a la Virgen de Las Angustias


En Jerez de la Frontera, en una cripta del hospital de Santa Rosalía, justo debajo de la capilla donde se hayan los restos de San Juan Grande, se encuentra una preciosa talla gótica del S. XVI, en madera tallada policromada y de una impresionante belleza, que fue regalada por el arzobispo de Sevilla, Cardenal Castro, al Santo jerezano para la Iglesia del Hospital de la Misericordia de Jerez que él había fundado en 1575.
Allí, en el Hospital de la Misericordia y en San Juan de Letrán, permanece gozando de mucha devoción popular, según documentos extraídos del libro "Juan Grande", escrito por Jerónimo Mascareña, Miguel Muñóz y Espinosa y José Luís Repetto Betes, hasta que el 19 de Noviembre de 1594 el Ayuntamiento de Jerez cede al hospital fundado por el Santo la Iglesia de San Sebastián a donde es trasladada la venerada imagen de la Virgen de las Angustias, y donde permanece hasta que en 1835 se produce la desamortización de Mendizábal, que conlleva la venta de las fincas rústicas y urbanas, que estaban en poder de comunidades eclesiásticas y que se generaliza en la supresión de las órdenes religiosas.
La imagen de la Virgen de las Angustias de San Juan Grande pasa a poder del Obispado que posteriormente la cede a la Orden de las Concepcionistas, monjas de clausura que tenían en ese momento conventos en El Puerto de Santa María y Villamartín, localidad esta última a la que se traslada.
En el convento de las Concepcionistas recibe culto la Virgen de las Angustias y se crea una Hermandad de penitencia que procesiona la imagen entre los últimos años del S. XIX hasta, aproximadamente, 1920, año en que la Orden, viendo la decadencia que sufre el convento de Villamartín decide su cierre, posterior venta y el traslado de las monjas a su convento de El Puerto de Santa María, hacia donde parten llevando consigo la imagen de la Virgen de Las Angustias que permanece en el convento de las portuenses hasta 1982, en que el por aquel entonces Obispo de Jerez, Rafael Bellido Caro, solicita su devolución a la Orden Concepcionista, que la habían retenido como deposito, y es trasladada a Jerez, a la cripta del Hospital de Santa Rosalía.
A partir de esta fecha hay un intervalo de tiempo en que este templo está cerrado al culto debido al mal estado de sus estructuras, hasta que según reza en el Libro de Actas de la actual Hermandad de las Angustias, y siendo las 16: oo horas del día 15 de Abril de 1951, y previa autorización del Sr. Cura Párroco, D. Manuel Jiménez Sutil, se reunieron en la Sacristía de la Parroquia, convocados por D. Antonio Gil Delgado; D. José Cabrera Lobos; D. Manuel Morales González; D. Manuel Rodríguez Garrido; D. Francisco López Holgado; y D. Sebastián Álvarez Garrido, como comisión organizadora, los siguientes señores: D. José Joaquín Riquelme Gutiérrez; D. Joaquín Holgado Acosta; D. Francisco Gil Delgado; D. Juan Gil Delgado; D. Eduardo Álvarez Palomino; D. Antonio Holgado Acosta; D. Juan Regordán Pérez; D. Sebastián Moreno Garrido; D. Luís Moreno Garrido; D. Juan Vidal Barea; D. José Alpresa Fernández; D. Manuel Pangusión Escandón; D. Juan López Márquez; D. José Bernal Cisuela; D. José Borrego Ramos y D. Antonio Morales Pastor, que deciden reorganizar la Cofradía de Ntra. Sra. de Las Angustias, que en otro tiempo fue orgullo y modelo de Hermandad en esta localidad y acuerdan, como primera providencia, nombrar una Junta provisional que gestione ante la Orden de las Hermanas Concepcionistas de El Puerto de Santa María por si fuese posible la adquisición de la imagen que obra en su poder y que fue venerada durante su residencia en Villamartín.
Ante la negativa de las Concepcionistas a ceder la imagen de la Virgen de Las Angustias, la Hermandad entra en contacto con el escultor Juán Bernabe de Britto a quien se le encarga un grupo escultórico de Ntra. Sra de Las Angustias que, según el acuerdo al que se llega con el Sr. Cura Párroco, ocupará el camerín que en el centro tiene el altar mayor. Al mismo tiempo se inician las obras de reconstrucción de la Capilla.
En 1952 concluye el artista y se acuerda abonar a Juan Bernabé de Britto la cantidad de 10.000 pesetas, pero D. Francisco Gil Delgado y D. Luís Moreno Garrido, decidieron abonar 500 pesetas más por creer que ha realizado una obra de verdadero valor imaginero, trayéndose más tarde la imagen desde Arcos hasta Villamartín en un hizocarro, y la colocándola en el escaparate de la confitería de Luís Moreno hasta el día de su bendición. El 1 de Marzo de 1953 hace por primera vez Estación de Penitencia.

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